sábado, 22 de enero de 2011

Rezar por la unidad de los cristianos

Estamos en el octavario por la unidad de los cristianos. En Tierra Santa es más fácil rezar por esta intención, pues estamos en una relación constante con otras confesiones cristianas. Podemos decir que todas se encuentran aquí presentes. Y comprobamos más de cerca cómo no es fácil lograr esa ansiada unidad. Se hace más evidente ver que para conseguirlo tenemos que poner todos de nuestra parte. En esta entrada quería contar una pequeña anécdota que refleja la situación entre los cristianos y, más en concreto, de los cristianos en Tierra Santa. Para entender lo que voy a escribir hay que situarse en la problemática del Status Quo para esta Basílica. Desde las Cruzadas, partes de la iglesia pasaron a ser propiedad de las comunidades ortodoxa griega, ortodoxa armenia y católica romana. Los derechos, privilegios y posesiones de cada comunidad aquí están protegidos por el Status Quo de los Santos Lugares de 1852, tal como está garantizado en el artículo XII del Tratado de Berlín, firmado en 1878. El cuerpo principal de la Basílica, incluida la nave, los pasillos, el katholicon (el coro y el santuario), el crucero sur y el Altar de la Natividad en la gruta, pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Griega. La Iglesia Ortodoxa Armenia tiene la propiedad del crucero norte y el altar en ese lugar. Tiene también el uso en algunas ocasiones del altar ortodoxo griego de la gruta. La Iglesia católica goza de la propiedad exclusiva del Altar de la Adoración de los Reyes Magos en el área de la Gruta de la Natividad, conocida como "la Gruta del Pesebre". La Iglesia católica conserva también la propiedad de la estrella de plata que hay debajo del Altar de la Natividad, con la inscripción "Hic de Virgine Maria Jesus Christus Natus Est". Tanto los armenios como los católicos tienen derecho de paso y de procesión en la nave.

Una vez explicado esto, hay que hacerse cargo de que está todo tan medido que se presentan determinadas situaciones que no son fáciles de solventar. Como, por ejemplo, saber a quién le corresponde limpiar cada parte del suelo o de las paredes. Lo que quería contar es un percance que tuvo lugar recientemente en la Basílica de la Natividad en Belén. Ocurrió dentro de la gruta, en el lugar de la estrella, donde se conmemora el Nacimiento del Señor. Allí sucedió algo inesperado: se calló una lámpara votiva de las que están rodeando la estrella. El problema es que la lámpara en cuestión era católica pero la pared era ortodoxa griega. Se pasaron una semana discutiendo quién ponía el clavo, si los católicos o los ortodoxos griegos. Finalmente no sé quién lo puso. Es lo de menos. Lo importante es darse cuenta de que con estrecheces no vamos a conseguir nunca la unidad. Las dos partes tenemos que ceder, aunque sin condecer en lo esencial. Por ejemplo, ceder en que el otro ponga el clavo de la dichosa lámpara.

Esta entrada, como decía al comienzo nos puede ayudar a rezar más por la unidad de los cristianos. Aunque no vivamos con cristianos de otras confesiones, rezando y ofreciendo sacrificios por esta intención podemos hacer mucho para que se vayan dando pasos y para que finalmente algún día se logre.