sábado, 16 de febrero de 2013

Escribas, fariséos y saduceos


"Y Jesús les dijo: Mirad, y guardaos de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos" (Mt. 16, 6).
"¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de desenfreno. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros, por fuera a la verdad, os mostráis justos a los hombres; pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad" (Mt. 23, 24-28)
La mayoría de los escribas eran fariseos. Los escribas o doctores de la Ley eran expertos en interpretación de las escrituras, tanto en su dimensión jurísica como religiosa.
Los fariseos  y los saduceos eran dos partidos político-religiosos, que estaban enfrentados entre sí. Se trataba de dos escuelas distintas y dos formas diversas de vivir el judaismo.
Los fariseos no pertenecían a la clase sacerdotal sino más bien a la clase media. Ejercían gran influencia en el pueblo llano pues eran los maestros en las sinagogas de todo el país. Fariseo significa "separado". Su espiritualidad les llevaba a estar alejados de toda impureza. Para eso, también se alejaban de la gente que llamaban impura, es decir, de todos aquellos que no vivían según la Toráh. Aceptaban el Antiguo Testamento en su conjunto incluyendo también las tradicones orales y escritos de comentaristas judíos reconocidos. Tenían fe en la resurrección después de la muerte y en un juicio que cada uno recibiría según sus obras. También pensaban que un rey Mesías de la estirpe de David liberaría Israel de todas sus opresiones y traería la paz.
Para la mayoría fariseos lo importante era vivir la Ley, por encima de todo. Llegaban a darle tanta importancia que muchos la ponían por encima de Dios, como si Él no pudiera estar en contra de esa Ley que Él mismo había promulgado. Con el tiempo llegaron a perder de vista el sentido de la Ley y a Dios, que es quien la había hecho. Todo era la Ley, los mandatos de la Ley. Esos reglamentos afectaban a toda la vida familiar, social, política... Nada podía quedar al margen de la Ley.
Algunos despreciaban a los gentiles por ser un pueblo sin la Ley. Así, vieron en Jesús a un hombre peligroso, que quería cambiar la Ley: no observa las tradiciones, viola el sábado, come con pecadores y publicanos... El Señor en el Evangelio habla con mucha dureza sobre su hipocresía.

Pero hay que decir que esto no les sucedía a todos. Algunos fariséos sabían ver hasta donde debía llegar la Ley, y que no podía ser superior a Dios, pues era el que había dispuesto dicha Ley. Algunos, como Nicodemo, defendieron al Señor y dieron la cara ante otros fariseos.

Eran continuadores de la linea seguida por los asmoneos. Su nombre derivaba seguramente de Sadoc, sacerdote importante en la época de David. Los saduceos formaron un partido polítio-religioso dentro del judaísmo, y duró desde el siglo II a.C hasta la caída de Jerusalén en el año 70. Pertenecían a las grandes familias sacerdotales y a la aristocracia. Desdendían de familias influentes del judaísmo. Por tanto, eran ricos y tenían gran poder. Eran ellos los que nombraban entre sus miembros al Sumo Sacerdote. Este, a su vez, nombraba a los altor cargos del Templo. Además presidía el Sanedrín. Procuraban estar siempre en buena relación con la autoridad.
Eran negociadores políticos, y supeditaban la religión a conseguir lo que deseaban por la vía política. Eran cultos, dominaban las letras, conocían a los autores más importantes, a los filósofos griegos, y se jactaban de relacionarse con las personas cultas de todo el mundo.
Su interpretación de la Torah era  sobria y no caían en la casuística como los fariseos. No aceptaban todos los libros de la Biblia. No creían en la resurreción después de la muerte. Eran menos queridos que los fariseos pero tenían mucho poder religioso y político, y por eso eran muy influyentes.

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